mirar al horizonte, despertar al alba,
y sentirse lleno de alegría.
Es hora de asomarse al infinito,de anunciar y cantar, trabajar y proclamar que es posible un mundo nuevo y distinto.
Es hora de romper los esquemas de siempre;
de escuchar las palabras del silencio;
gustar su presencia callada
y sentir al Señor muy adentro.
Es hora de creer en medio de la oscuridad
y el desconcierto,
confesar la vida, andar por los desiertos y abrir nuevas sendas
por donde pueda llegar el Reino.
Es hora de iniciar caminos nuevos,
arriesgarlo todo, apostar por Dios y su Reino,
discernir la paja del trigo
y entregarse sin reserva, todo entero.
Es hora de la Pascua, de la Resurrección,
de brindar por la Vida que el Señor sigue trayendo.
Es hora de esbozar una sonrisa
y ensanchar el corazón
para hacerlo más sensible, más fraterno.
para hacerlo más sensible, más fraterno.
(Fuente desconocida)
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