Con la celebración de la semana pasada completamos los momentos que hemos ido dedicando al "calendario litúrgico". Si habíamos dicho que, para nosotros, el Adviento tiene mucho de tiempo de esperanza; y la Cuaresma, de tiempo de conversión... La Pascua es el tiempo de la alegría.
La fe, sobre todo, no tiene que ver con la
exigencia, con las renuncias, con los límites y prohibiciones, con un Dios que ponga una ley que tengamos que
cumplir. Es -más bien- creer en algo realmente bueno. Tan bueno, que es un poco de locos. Y es
algo que cambia la dinámica de nuestra vida.
Hay tres afirmaciones que nos pueden ayudar a entender cómo es la
Resurrección:
- ¡El
Evangelio es buena noticia!
- ¡Hay testigos de
la Resurrección!
- ¡Es
tiempo para la alegría!
La Resurrección de Jesús no
fue ni es ciencia ficción, tampoco el guión de una película. Es real y el
misterio por el que nuestra fe tiene sentido. Llevemos esta Buena Noticia con
alegría a los otros. Sintámonos
orgullosos de ser testigos de su Resurrección y compartamos lo vivido con los
demás.
Desde Salamanca... ¡Feliz Pascua de Resurrección!
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