Nos gusta y ayuda encontrar una palabra, un símbolo, un movimiento, una imagen… que pueda expresar esas experiencias hondas que son tan difíciles de compartir; y dejar también al Espíritu el espacio para que la otra persona acoja, interprete y reciba lo que Dios le quiera decir.
Como si de ese juego de niños se tratara, podríamos expresar:
SI FUERA… SERÍA...
Una palabra encuentro
Una imagen icono de la Visitación
Un momento 31 de agosto y 1 de septiembre
Un movimiento abajamiento
Una actitud pobreza y humildad
Una ubicación salir de sí
Un modo en unión con otros
Un símbolo malla o tejido
Un logotipo una banda azul cruzada con una banda roja
Pues bien, sentimos que lo que hemos experimentado en este día y medio el grupo de Hijas de Jesús que hemos participado en la transmisión de la CG XVII en Salamanca, ha sido precisamente un proceso de “cruce de lazos”; como expresa el logo de esta CG; y de encuentro con nosotras mismas, con las demás y con Dios.
Comenzamos el sábado con la Eucaristía presidida por Fernando García, sacerdote muy amigo de las Hijas de Jesús. La Palabra de Dios y su ayuda a la profundización ya nos hablaba de los bienes que todas recibimos de Dios, desde su plena confianza en nosotras y nuestra responsabilidad de hacerlos vida y buscar el más de amor mutuo y fraternidad, que es el don de Dios para nosotras.
Mercedes Vilas nos dio la bienvenida y nos invitaba también a vivir el encuentro como paso de Dios en nuestras vidas, que verdaderamente nos habla y envía.
Todo lo vivido a lo largo de la mañana posibilitó un “descalzarnos” que, sin saberlo, nos situó en el umbral de lo sagrado.
La tarde diríamos que fue ese “cruce” de la divinidad con nuestra humanidad, la experiencia de recibir el don y compartirlo.
La Determinación de la CG XVII es un don que hemos recibido cada Hija de Jesús y que nos sitúa en dinámica de acogida orante y agradecida, de salir de nosotras mismas para ir a buscar y hacer más el bien de los prójimos.
En una sencilla, honda y emotiva celebración, compartimos el hoy de nuestra vida del Cuerpo Congregacional, simbolizado con un camino que nace con la Madre Cándida en pobreza y humildad. Ella escribe las primeras páginas de nuestra historia de Hijas de Jesús y deja en nuestras manos una malla que hoy seguimos tejiendo. Con Jesús y su Palabra como centro y junto con María de la Visitación, que es María de la Evangelización, somos invitadas a “ser para ir”.
El domingo nos juntamos de nuevo, como aquellas mujeres “al amanecer de aquel día, el primero de la semana”, para desde la experiencia de Cristo vivo en nuestras vidas, agradecer, mirar desde Él, comprometernos, buscar juntas, compartir, salir, descender…”ser para ir”.
Damos gracias a Dios y a María de la Visitación por tanto bien recibido y por su puesto a las que han sido transmisoras de la CG XVII: Mercedes, Raquel, Rosa y Ro. Gracias porque nos lo habéis transmitido con el corazón, desde la experiencia vivida y con el deseo de que nos llegara y lo habéis conseguido.
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