31 de mayo, fiesta grande para los que tenemos fe, pues celebramos que María visitó a su prima Isabel para comunicarle la gran noticia que cambiaría el mundo… que iba a ser la madre de Dios… y en esa visita, le sale del alma uno de los más bellos poemas que jamás se han escrito: el magníficat, que se escuchará en el evangelio, en el que proclama la grandeza del Señor, en la que dice que su alma se desborda de su amor.
Y un 31 de mayo… nace en esta misma casa Juana Josefa, más tarde, Ama Kandida. Y 44 años después de nacer en esta casa, siendo ya Hija de Jesús, fue tan profunda su experiencia de fe, que la transmitía así a una compañera, a través de una carta de las muchas que conservamos, proclamando como María, que casi no tiene palabras para expresar lo que su alma siente.
"… no disgustando en lo más mínimo a tan buen Padre, que en él todo lo tenemos y sin él todo lo tenemos perdido. Fe, fe, fe viva, constante y eterna, y, con esto, trabajar sin descanso, que todo se pasa y Dios sólo basta.¡Ah, si yo pudiera estampar en este papel lo que mi alma siente! No es posible, y, por tanto, sólo le diré que grande, muy grande es el Señor, Dios nuestro y grandes cosas obra en sus criaturas.”
¿Cuál es el magníficat, el poema, que podemos nosotros entonar? ¿Sentimos dentro de nuestra alma el amor de Dios de tal manera que nos faltan las palabras? Que lo experimentemos, lo agradezcamos y lo transmitamos.
GORA MARIA ETA AMA KANDIDA!!
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