11 marzo 2013

Tú convertiste mi lamento en júbilo


Salmo 30(29),2.4.5-6.11-13. 

Yo te glorifico, Señor, porque tú me libraste 
y no quisiste que mis enemigos se rieran de mí. 
Tú, Señor, me levantaste del Abismo 
y me hiciste revivir, 
cuando estaba entre los que bajan al sepulcro. 

Canten al Señor, sus fieles; 
den gracias a su santo Nombre, 
porque su enojo dura un instante, 
y su bondad, toda la vida: 
si por la noche se derraman lágrimas, 
por la mañana renace la alegría. 

Escucha, Señor, ten piedad de mí; 
ven a ayudarme, Señor. 
Tú convertiste mi lamento en júbilo, me quitaste el luto y me vestiste de fiesta, 
para que mi corazón te cante sin cesar. ¡Señor, Dios mío, te daré gracias eternamente!

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