
Por José Fernando, Escolapio
Cuando alguien cree en algo, o mejor, cuando alguien cree en alguien, en otra persona, que le hablen de dudas puede resultar incómodo. Parece que es mucho más bonito, fuerte e intenso dedicarse a charlar sobre las firmezas, las seguridades y las certezas. Cuando se habla de dudas… como que entendemos, sin que nadie nos haya persuadido de ello, que no está todo claro, que hay lagunas y oscuridades, que no las tenemos todas con nosotros mismos. Vamos, que si dudas, reconoces vulnerabilidad, fragilidad, debilidad, insuficiencia. Las dudas van asociadas al temblor, al resquebrajamiento de algo, no sabemos bien qué, a la inconsistencia, a la niebla. Quien duda, nos repetimos y así lo reforzamos, posee baja estatura, baja estima, poca pasión. Quien duda, además, descubre motivos que no tendría que haber visto, o por fin ha pensado y se ha dado cuenta de en qué andaba metido. Quien duda, nuevamente o repetidamente, debe tomar su decisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario