19 marzo 2011

Desde el BERROSPE

Al terminar el día escucho esta canción para dar gracias al Señor por la VIDA, por la VIDA NUEVA. Gracias por la Iglesia, por la Alianza que pasa de generación en generación, llega hasta mí y seguirá su curso por los siglos. Gracias por la Palabra, por la música de Dios en mi vida, tan latente, tan clara. Gracias por las palabras, las miradas, el silencio, la acogida y el abrazo. Gracias, Señor, por mi identidad de mujer que vive, siente, sueña, desea y se entrega. Gracias, Señor, en esta noche, porque te fías de mí. Gracias por tanta VIDA.
Gracias por mi padre, por tanto aprendido, por tanto entregado. Gracias por conocerle y porque su vida ha dado más VIDA a la mía. Gracias porque cada vez está más vivo en mí.
Gracias, Señor, porque al escucharte las notas suenan con una melodía que me llega hondo. Gracias, Señor, por tu fidelidad y tu esperanza en mí.
Hay música que simplemente suena. Pero hay otro tipo de música que se multiplica, que entra hasta la profundidad de nuestras entrañas y lo sanea todo.
Ojalá que tú, querido amigo de Vivir FI, escuches esta melodía que sana para que seas tan feliz como lo soy yo.






No hay comentarios: