
“Reconozco que lo puedes todo y ningún plan es irrealizable para ti”. (Job 42,1)
“¡Te alabo Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultando estas cosas a los sabios y entendidos, se las diste a conocer a la gente sencilla! Si, Padre, ésa ha sido tu elección.(Lc 10,21)
En estos dos textos me vienen dos grandes mujeres:
María de Nazaret, mujer que fue fiel a un proyecto que quizás, en algún momento, le pudo parecer imposible. Ese proyecto de Dios acabó con la vida de su hijo, pero ella no abandonó su fe.
La M. Cándida, mujer sencilla, abierta al Espíritu, abnegada, humilde, que fue mediación de Dios para muchas personas.Seguro que la M. Cándida experimentó lo que dice Jesús: ¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! (Lc 10,23)
La M. Cándida, mujer sencilla, abierta al Espíritu, abnegada, humilde, que fue mediación de Dios para muchas personas.Seguro que la M. Cándida experimentó lo que dice Jesús: ¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! (Lc 10,23)
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