01 abril 2010

ORA en la NOCHE OSCURA de JESÚS

(Foto del Huerto de los Olivos)
Quizás no tengas ganas de orar. Reconocerlo es bueno porque te ayuda a ponerte en verdad. Pero no se trata de tener ganas o no, se trata de una petición de Jesús. Es El quien te pide que ores con El. Te necesita. No te hagas muchas preguntas. Te necesita y eso basta. Atrévete a orar con Él. Muchas veces abrió Jesús su corazón para expresar el gozo del Reino, ahora abre su corazón para gritar su angustia y su tristeza al Padre. No busques una experiencia placentera. Hay momentos en los que el amor se expresa con silencios, con gestos pocos ruidosos en los que solo decimos que estamos, que estamos con El. Si entras en el corazón orante de Jesús, verás muy cerca el rostro de María y los rostros de los mejores amigos y amigas de Jesús que no quieren dejarle solo en la noche, verás a todos los que están cerca de los pobres, los enfermos, los inmigrantes, porque en todos ellos ven a Jesús que sufre.

Deja que sea Jesús quien ore. Tú, únete a El. No dirá muchas palabras, porque ahora el silencio crucificado es la mejor forma de decir el amor. Y además, si no comprendes su mirada de amor en la cruz, tampoco entenderás largas explicaciones. Busca una hora en la noche. Acércate a un sagrario. Empieza a orar con Jesús.

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